Al plantearme producir una película sobre Antonio Machado, decidí que se contaría desde su poesía y que transcurriría en la Españ actual.
Con estas premisas, poesía y modernidad, llegué a Eduardo Chapero-Jackson.
El ha inventado un documental lleno de ficción, de efectos especiales, de danza, de dura urbe y espacios sosegados.
Y gracias a un equipo humano impresionante en su entrega y en su talento (17 intérpretes y 38 técnicos) más dos cámaras (Red-Epic y Canon Eos 5-D y un Steadycam) ha conseguido que cuando el público la vea flota como pompas de jabón en un mundo ingrávido y sutil.